De media, cada ciudadano europeo produce 503kg de residuo municipal al año. Actualmente, el modelo económico propicia el consumismo a tal punto que se pierde el valor fundamental de las cosas. Un nuevo producto sustituye continuamente a otro que ha sido introducido en el mercado solo varias semanas atrás, y preferimos desecharlo en lugar de intentar repararlo.
El reciclaje y la reutilización es un parte importante en la estrategia de la Unión Europea sobre gestión de residuos. En general, los países europeos del norte y el oeste tienen mayores tasas de reciclaje que en el sur y en el este. La Unión Europea se ha comprometido a reciclar la mitad de este residuo y ha “eliminar prácticamente” los vertidos en el año 2020. Las políticas europeas dan prioridad a la reutilización y al reciclaje de residuos mediante la educación de la audiencia en la adquisición de hábitos medioambientales; esta es la misma política que las 3R de la COP21. En el objetivo de este dispositivo COP21 podemos incluir la promoción de una política efectiva del uso de recursos, la economía circular y la innovación.
En este contexto, están surgiendo iniciativas privadas innovadoras que promocionan el desarrollo del sector de la reutilización. Este es el caso de los “centros de reciclaje” que se han impuesto como actores clave en la gestión de residuos durante los últimos años, para enfrentarse a una crisis doble: la crisis económica, “que cuestiona nuestro modelo de consumo” y la crisis medioambiental, que requiere un uso limitado del los recursos. RREUSE es una red europea formada por asociaciones y federaciones activas en el sector del reciclaje/reutilización de 11 países (incluyendo Francia, Bélgica, España, Italia). En Francia, hay 50 centros adheridos a una red de centros de reciclaje distribuidos por todo el país que emplea a casi 1500 personas., La asociación RESOURCES, red belga de centros de reciclaje, cuenta con 70 empresas sociales en el campo de la reutilización, el reciclaje y la recuperación. En España se pueden encontrar actores activos en este territorio como AERESS (Asociación española de Economía recuperadores social y solidaria) que agrupa 31 organizaciones especializadas en la reutilización. Italia y Portugal hacen esfuerzos para identificar buenas prácticas como The Alligatore (Itàlia) o Maia, industria del reciclaje que se ha desarrollado en los últimos años gracias al proyecto Ecoponto em Casa; Suecia es uno de los países más avanzados en este campo y cuyo ejemplo es Aleyckan “Re-use Park”, que sirve de inspiración.
La recogida, restauración, reciclaje o reventa de objetos destinados al desecho, son iniciativas que combinan la reducción de residuos y la creación de empleo. Llevando a cabo actividades económicas útiles por sus habitantes en sus territorios, estos centros se convierten en una excelente herramienta de crear empleo, especialmente entre jóvenes y público con baja cualificación, en un momento en que la curva de desempleo crece inexorablemente en la Unión Europea. La reventa de objetos es el resultado de la reutilización/reparación y garantiza el intercambio de recursos para asegurar la sostenibilidad del valor de estos objetos. Sin embargo, en el campo de la formación profesional, solo encontramos una tentativa para un plan de movilización de oficios y profesiones en el campo de la economía verde. La formación para el desarrollo de competencias en el campo del reciclaje y el eco-diseño son prácticamente inexistentes en Europa.